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NUESTRO FUTURO SE PRESENTA BRILLANTE

2019

“Nuestro futuro se presenta brillante” son las primeras palabras que reproduce la audioguía durante el trayecto Dubái—Abu Dabi. En oposición a cualquier excursión turística habitual, se describe el futuro que le depara a los 140 kilómetros de desierto que separan ambas ciudades. En vez de hablar del pasado, se habla del futuro; enunciados como “Allí habrá”, “Esto será”, etc. prometen construir oasis de lujo, enormes edificios, entretenimientos millonarios e incluso bosques, en un desierto inmenso y vacío. La seguridad del discurso consigue hacer dudar a cualquier turista; mientras visualizas toda esta arquitectura de lujo, pareces olvidar la realidad física que se presenta al otro lado de las ventanas: una extensión inconmensurable de arena en una atmósfera asfixiante, en definitiva, un lugar inhabitado e inhabitable.

 

Edificios propios de las grandes metrópolis van a apareciendo en mitad del desierto a partir de las palabras de la audioguía. Se trata de una ciudad imaginaria, y por lo tanto efímera, que desaparece cuando el viaje termina; una arquitectura que acaba siendo tan frágil como el papel. La aparente utopía de un oasis tan atractivo y ostentoso, se descubre finalmente como una heterotopía, un “lugar otro” que no pertenece a la realidad, sino a la hiperrealidad: existe antes de que exista realmente. 

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